Para prevenir la explotación sexual de niños, niñas y adolescentes es importante tener en cuenta cuatro aspectos principales: el afecto, la comunicación, la atención y el tiempo que se le dedica a los menores de edad.
El afecto va a permitir fortalecer la autoestima de la persona, fortalecer el concepto de sí mismo, así como lograr el autocuidado y la autoprotección.
La comunicación, que no es solamente hablar con nuestros hijos o con los menores de edad sino es poder darle un espacio de escucha. Este espacio debe ser libre de críticas, de prejuicios, que permita que ellos se expresen y nos tengan confianza para que nos cuenten sus emociones, sentimientos y vivencias.
La atención, que permite darle valor a lo que dicen o hacen, y que contribuye a su desarrollo personal. Además, es esencial escuchar la opinión de ellos porque así podemos conocer sus necesidades.
El tiempo que podamos compartir con ellos logrará que nos tengan confianza y cuenten aquello que los podría poner en riesgo.
Fuente: CHS Alternativo