La psicóloga del Centro de Atención Legal y Psicológico de CHS Alternativo, Ana Surichaqui, nos orienta cómo identificar si un niño, niña o adolescente está atravesando por una situación de explotación sexual. 

Para detectar y tomar las acciones pertinentes, es importante estar atento a las siguientes situaciones: 

Cambio de comportamiento. Observar y percibir si es que, efectivamente, hay algún cambio negativo en el niño, niña o adolescente.

Abandono a sus grupos afines. Suele abandonar los grupos de amigos que tenía. Por ejemplo, las actividades que realizaba, como pasear, jugar o visitar a los amigos dejan de ser de su interés.

Contestar llamadas a escondidas. Los niños, niñas y adolescentes suelen contestar llamadas a escondidas y por lo general, ocultan el nombre de la persona que ha realizado la llamada. 

Llegar tarde a casa. En muchas ocasiones, los niños, niñas y adolescentes no tienen justificación del porqué de su tardanza. Muchas veces, llevan dinero o regalos a los papás y no saben explicar de dónde proviene el dinero para adquirir esos obsequios. 

Enfermedades de transmisión sexual. Se debe considerar la posibilidad de que el niño, niña o adolescente pueda tener alguna infección o enfermedad de transmisión sexual. Sobre todo si la familia no conoce ninguna pareja del menor de edad o simplemente este no ha dado ninguna señal de tener enamorado (a) o alguna persona que haya mostrado cercanía hacia él.

Nuevos círculos amicales. Estar pendiente de las nuevas amistades de los niños, niñas y adolescentes y tener mucho cuidado en la forma en que puedan contemplar la posesión de objetos como celulares, laptops, que en la adolescencia es muy común querer obtenerlo. 

Estas situaciones de sospecha pueden no ser una consecuencia o causa única por sí solos pero visibles en su conjunto, podrían revelar con mayor certeza una situación de explotación.

Fuente: CHS Alternativo

Los niños, niñas y adolescentes explotados sexualmente ganan mucho dinero.

Realidad:

Los niños, niñas y adolescentes no son los favorecidos, sino quienes se encuentran detrás, los beneficiarios son los que contactan a los menores y los ponen en esta actividad.

Mito 2:

La explotación sexual solo existe en niñas y adolescentes.

Realidad:

No solo las niñas y adolescentes son sometidas a explotación sexual, los niños y adolescentes también se ven afectados. 

Mito 3:

El sexo con menores de edad es seguro.

Realidad:

Los niños, niñas y adolescentes son más vulnerables a las enfermedades de transmisión sexual. 

Fuente: CHS Alternativo